En la pizzería

Es un día extraño en una hora extraña. Lunes a las 3:15 de la tarde en la pizzería vacía. Hay un juego de golf en el televisor y Rafael quisiera que lo apaguen. Yo ni había pensado en el televisor, pero sí había pensado en el aire acondicionado. Esperaba que estuviese más frío, porque venía toda sudada de correr skate en el parque en un carro sin aire.

Después las temperaturas se balancearon y el sudor se evaporó de mi cuerpo. Lo dejó tan refrescado, como solo el frío causado por el agua que se alimenta del calor de la piel para escaparla sabe refrescar. Ya también vamos por la segunda cerveza.