Otra librería en otro mall
Los libros no hablan, al menos auditivamente. Eso ya lo sabemos. Son objetos hechizados de silencio como muchos otros. Pero tienen un súper poder y es que cuando se les presta atención, te revelan sus secretos y los escuchas aunque no los digan en voz alta. No se compara por nada con el ruido ensordecedor de las mujeres que hablan incontrolables en la mesa rectangular. Mientras tanto, yo estoy en una mesa cuadrada para una con café y cupcake de desayuno. Me puse audífonos para cambiarme el panorama. Son cuestiones de un espacio compartido y lo entiendo. No puedo evitar pensar en los contrastes que a veces se presentan con un humor diseñado por la más fina ingeniería de las situaciones. Cuchicheo alto e invasivo en una casa de libros. Se me hace imposible no creer en algún orden divino. A diferencia de la librería en el otro mall, no parece que me sacarán de mi mesa. Aunque da igual, sé que me quiero ir como en 10 minutos. Además, en este mall el parking es gratis solamente por 3 horas.