En el Jardín Botánico
Llegamos a un lago en el Jardín Botánico y estamos sentados frente a él. Está todo cubierto con unas plantas que tienen hojas anchas que apuntan hacia arriba. Parecen repollos. Sabemos que es un lago porque vimos el agua por el lado del camino mientras caminábamos. Creo que nunca había visto un lago cubierto por plantas así. Me da mucha curiosidad cómo se mantienen a flote, cómo se nutren, cómo llegaron hasta ahí para empezar. La sombra nos la da una cortina de bambúas que están inclinadas hacia al frente como para formar un arco, pero al otro lado no hay bambúas que hagan lo mismo. Solo está el lago, con sus plantas que no conozco y las mariposas que se posan en ellas. Escucho las hojas revolotear por el viento y si cierro los ojos y olvido donde estoy, el sonido bien pudiera ser de alguna corriente de agua y automáticamente siento menos calor.